En los últimos años y al hilo del cada vez mayor número de publicaciones científicas desarrolladas por universidades, gobiernos o empresas ha ido creciendo la gama de productos como aceites, cápsulas, flores o incluso productos nutricionales en cuya composición interviene, en mayor o menor medida, el CBD. Sin embargo, todos ellos provienen de un tronco común; una especie vegetal que es ampliamente conocida por grupos humanos originarios de Asía desde hace más de cuatro mil años: la planta del cannabis.
Cómo es la planta del cannabis
Esta variedad vegetal pertenece a la familia de las Cannabaceae ( y por tanto está emparentada con el lúpulo), siendo originaria de la cordillera asiática del Himalaya.
Sus principales características en cuanto a la reproducción y taxonomía se refieren a su germinación una vez por año (carácter anual) y a la existencia de plantas macho y hembra (dioico) esta última con una extraordinaria importancia en relación con el cultivo y la obtención del CBD.
Además, el cannabis admite diversos usos tanto para la manufactura de papel y otras sustancias como para la elaboración de combustibles o aceites; una muestra de la versatilidad de la planta del cannabis es que incluso sus desechos han sido tradicionalmente aprovechados para determinadas industrias.
Sin embargo, en la actualidad, su uso más importante y conocido es que, tras el tratamiento de la planta con complejos y modernos procedimientos químicos y mecánicos, de ella se obtiene el CBD o cannabidiol; extraordinaria sustancia natural con un sinfín de propiedades beneficiosas para el organismo (efectos analgésico, antiinflamatorio, antibacteriano entre otros)
Por último, de las tres variedades de cannabis que existen en la naturaleza (sativa, indica y ruderalis), la variedad sativa es la más consumida y utilizada para la elaboración del cannabidiol.
Cómo cultivar la planta del cannabis para obtener el mejor CBD
Para la obtención de CBD de calidad es necesario que todo el proceso de cultivo se realice correctamente. De esta manera se pueden distinguir diversos pasos.
-Selección de la semilla y el espacio: la correcta selección de la semilla es básica para que el cannabis crezca con fortaleza y, llegado el caso, proporcione el mejor cannabidiol o CBD. Para ello las semillas deben ser adecuadas y poseer la máxima calidad.
Por otro lado, el lugar donde se produzca la plantación, exterior o interior, influirá en los cuidados que la planta necesitará para asegurar su crecimiento; así, aspectos como la cantidad de luz, el calor o la humedad son cruciales para favorecer el correcto desarrollo del vegetal.
Una cuestión de vital importancia es el tipo de suelo sobre el que plantar las semillas: en general las tierras arcillosas no son aptas para el cultivo mientras que las arenosas necesitan mayor cantidad de agua. Por ello, se consideran óptimas las tierras que contengan limo, arena y arcilla en proporciones de 40/20/40.
-Fase de crecimiento: abarca desde el momento en que la semilla germina hasta la floración; durante este tiempo, que puede ser de meses, la planta configura su aspecto típico; primero, desarrollando las raíces que servirán para obtener los nutrientes básicos, y posteriormente, produciendo las hojas y aumentando su talla con un crecimiento que puede ser de hasta 6 centímetros al día. En esta fase es necesario que la planta tenga las condiciones de luz y agua adecuadas y evitar la presencia de plagas que puedan dañar la planta o afectar a su crecimiento (singularmente mosca blanca, araña roja, orugas y pulgones).
-Fase de floración: durante esta fase la planta de cannabis produce las flores, alcanzando así su objetivo vital; normalmente en cultivo exterior se produce a principios de otoño. Es importante poner de relieve que sólo las plantas femeninas son aptas para la producción del CBD, además es crucial seleccionar el momento en el que la planta se cosecha ya que la producción de cannabinoides oscila según el momento concreto en el que ésta se produce.
Tras la floración, cosecha y secado la planta se trata para obtener el CBD en sus diversas presentaciones (aceites, flores, cápsulas…). Para la elaboración del producto terminado se utilizan distintos procedimientos, desde las extracciones con disolventes (Co2, alcoholes, butano o etanol) hasta una variada gama de procedimientos mecánicos o manuales.
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