El CBD, a pesar de sus beneficios para la salud, todavía sigue siendo objeto de controversia desde el punto de vista jurídico; esto se traduce en leyes que regulan sus usos, tanto medicinales (con receta médica) como recreativos.
Estas cuestiones están presentes en prácticamente todos los países del mundo, con soluciones variables en función de condicionantes éticos, políticos o sociales y con profundas variaciones a lo largo del tiempo, predominando, en la actualidad, una tendencia favorable a la despenalización del consumo.
Para afrontar el estado de la cuestión en Estados Unidos hay que partir de la distribución de competencias que se realiza entre el gobierno federal y los distintos Estados que conforman el país.
El CBD en la legislación federal
A nivel federal el principio general es que el CBD, pese a ser un producto natural y beneficioso, se considera incluido dentro de la planta del cannabis, por ello, la llamada Ley de Sustancias Controladas prohíbe su producción y distribución. Esta regulación restrictiva implica la imposibilidad de que los productos cannabinoides, con independencia de si su porcentaje de CBD es alto o bajo, sean transportados entre los diversos Estados, dando lugar así a dificultades para las empresas que se dedican a la comercialización de productos en cuya composición está presente el cannabidiol.
Sin embargo, dos circunstancias matizan este principio general restrictivo.
-En primer lugar, porque la aplicación por parte de las autoridades federales de este principio restrictivo es bastante laxa, lo que hace que en la práctica sea posible la adquisición en cualquier estado de productos en cuya composición se encuentra el CBD.
-En segundo, porque los diversos Estados matizan el anterior principio, permitiendo el consumo y comercialización de estas sustancias; por ello podemos distinguir tres situaciones:
El CBD en los diversos Estados de Estados Unidos
1)Aquellos Estados en los que el CBD y el cannabis están legalizados tanto para uso medicinal como recreativo. Dentro de este grupo destaca el caso paradigmático de California, pero también de otros importantes Estados como Colorado, Massachusetts o Nevada.
2) Los Estados que optan por autorizar el uso medicinal. En este grupo se incluyen la mayoría de los estados. La casuística entre ellos es muy variada para determinar qué sustancias (THC, CBD o aceite de cannabis) están legalizadas y cuáles son sus requisitos, los cuales suelen referirse al porcentaje de THC en su composición o incluso a la cantidad que se posea.
3) Aquellos Estados que no permiten la utilización de cannabinoides (Idaho, Nebraska o Dakota del Sur)
El caso específico de California
Dentro de esta casuística el ejemplo más conocido es el de California, que posee la legislación más permisiva de todo el país, apoyada en una amplia base social proclive a permitir el uso recreativo y medicinal.
De esta manera en California en 1996 se aprobó la llamada “Ley de uso compasivo” que autorizaba el consumo de la marihuana y sus derivados para uso médico, con el fin de tratar las dolencias ocasionadas por enfermedades como el cáncer, sida, artritis, migrañas o dolores crónicos.
El siguiente hito tuvo lugar 20 años después; la Ley de uso de marihuana para adultos acepta la posibilidad que los mayores de 21 años puedan consumir marihuana de forma recreativa; también se incluyen otros productos como resina cruda o purificada.
Esta posibilidad se extiende, como no puede ser de otra manera, a los productos en cuya composición encontramos CBD (aceites, flores o cápsulas) y que puedes encontrar en www.verdicbdstore.com
Esta última ley condiciona la posibilidad de consumir marihuana y sus derivados a que no se superen ciertas cantidades. Además, señala que únicamente se puede consumir esta sustancia en ámbitos privados, excluyendo su uso en ámbitos públicos como la calle e incluso otros espacios como los parques nacionales.
De la misma manera los ciudadanos californianos y visitantes pueden adquirir estos productos solamente en establecimientos autorizados.
Un aspecto relevante de la citada ley es el que se refiere a la posibilidad de cultivar hasta seis plantas de marihuana en los límites de la propiedad de cada persona, siempre condicionado a que no sean visibles desde el exterior de la misma y a que no se usen determinados productos para su tratamiento que puedan ser nocivos o tóxicos para otras personas.
Estos límites de seis plantas se aplican también en otros Estados como por ejemplo Colorado que, sin embargo, excluye la posibilidad que se cultive esta planta al aire libre, limitando su cultivo a espacios cerrados con llave.
Por último es previsible que, a medio plazo, otros Estados se sumen a esta posibilidad de consumo de cannabis y CBD recreativo ya que, además de sus indudables beneficios para la salud, diversas encuestas señalan que más del 65% de la población apoya el consumo recreativo del cannabis.