El CBD o cannabidiol es el principal de los más de cien componentes que podemos encontrar en la planta del cáñamo. De esta manera se configura como un producto totalmente natural y reconocido universalmente por sus increíbles propiedades para la mejora de la salud de las personas.
Al igual que ocurre con otros conocidos vegetales, como la oliva o el lino, el CBD se puede trabajar para obtener otros productos que incrementen el beneficio a la salud de esta popular sustancia. Esta circunstancia, conocida desde hace más de cuatro mil años, ha sido ampliamente investigada y desarrollada en la actualidad; por ello, la tecnología moderna ha logrado incrementar el abanico de productos en cuya composición se encuentra el cannabidiol así como depurar y optimizar las complejas técnicas que se requieren para lanzar al mercado el producto terminado.
De entre estos productos (cremas, flores, cápsulas o bálsamos) destaca poderosamente el aceite de CBD, un preparado que ha ido progresivamente ganando en popularidad hasta llegar a ser en la actualidad el más vendido de los productos en cuya composición encontramos el cannabidiol.
¿Cómo se obtiene el aceite de CBD?
La obtención del aceite del CBD es un proceso en el que se entremezcla la tradición de la cosecha con la tecnología más vanguardista y permite distinguir las siguientes fases.
-El cultivo y cosecha: tras la previa selección de las semillas más adecuadas por su riqueza en CBD es necesario realizar cuidadosamente el cultivo de la planta de manera que ésta sea capaz de desarrollarse en plenitud. En el momento de la cosecha, al final del periodo de floración de la planta y tras eliminar las hojas (que se utilizan para la elaboración de otros productos) el tallo se deja secar, se empapa para ablandarlo y posteriormente se separa para facilitar su trabajo.
-La extracción: Es la parte en la que se obtiene realmente el aceite de CBD; para ello podemos distinguir tres métodos:
-Extracción con aceite: se realiza utilizando como disolvente el aceite de oliva, que se mezcla con la materia prima vegetal; posteriormente se calienta a unos 100 grados durante un periodo de dos horas con el fin de activar los cannabinoides. Este método, seguro y fácil, produce sin embargo un aceite escaso y difícil de conservar por lo que es utilizado con frecuencia para pequeñas producciones caseras.
-Extracción con disolvente líquido: frecuentemente propanol, butano o etanol. Estos compuestos se hierven junto con el vegetal para extraer el CBD. Tras un filtrado posterior y eliminación del disolvente el aceite de CBD obtenido es altamente concentrado. No obstante este método puede revestir riesgos tanto en la elaboración como medioambientales.
-Extracción con Co2: este método, iniciado en la industria farmacéutica y cosmética, utiliza el Co2 como disolvente para, una vez mezclado con el producto vegetal y tras el aislamiento del CBD, obtener el aceite. La extracción con Co2 se caracteriza por ser plenamente respetuoso con el medio ambiente (al no usar productos tóxicos) y por dar lugar a un producto de máxima calidad. No obstante, esta modalidad requiere costosa infraestructura y notables conocimientos técnicos para determinar la temperatura y condiciones exactas en las que el Co2 interactúa con la materia vegetal.
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-Purificación y enriquecimiento: tras el paso anterior se procede a la eliminación de las grasas no deseadas y otros compuestos así como al enriquecimiento, es decir, a la introducción de sustancias que incrementan los beneficios del aceite de CBD (terpenos, aceite de oliva o aromas) para dar lugar a un producto terminado, eficaz y de alto valor.
Tipos de aceites a base de CBD
Tras este complejo proceso podemos distinguir diversos tipos de aceite de CBD; la principal clasificación es la que distingue entre aceite de espectro completo (aquel en cuya composición subsisten todos los compuestos presentes la planta) y aceite de espectro aislado (aceite puro de CBD despojado de todos los demás elementos presentes naturalmente en la planta).
En relación con ello, las investigaciones modernas han señalado la importancia del llamado “efecto séquito”; una compleja interacción entre los diversos compuestos del cannabis, de modo que, creando una sinergia beneficiosa y potenciandose entre sí, se aumentan los beneficios que la utilización del aceite de CBD tiene para la salud.